miércoles, 21 de marzo de 2012

Una interpretación de Terminator

En el año 2029 una computadora apodada Skynet adquiere espontáneamente conciencia y decide iniciar una guerra entre los hombres y las máquinas en la que la Tierra es devastada y la humanidad finalmente diezmada y esclavizada.
Skynet envía un robot T-888, a través de una máquina del tiempo, al año 1984 con instrucciones de asesinar a Sarah Connor, la mujer cuyo futuro hijo, John, lideraría un movimiento de resistencia que eventualmente devolvería el control sobre las máquinas a los humanos.
Paralelamente, el mismo John Connor (adulto) envía a Kyle Reese, un soldado de la resistencia, para evitar el asesinato de su propia futura madre y así garantizar su existencia y el triunfo de la humanidad.
El T-888 falla en su misión y es destruido por Sarah y Kyle, aunque Kyle no logra sobrevivir. Posteriormente Sarah advierte que lleva en su vientre a un hijo de Kyle, a quien llamará John.
Partes del robot destruído (un brazo y el chip principal) son capturadas por una empresa armementista. Esta nueva tecnología es utilizada con fines militares y luego de años de investigación el ejército desarrolla Skynet y una tropa de robots T-888.
La supercomputadora había sido diseñada como un sistema inteligente de defensa pero cuando es activada por el gobierno, en el año 2029, la computadora inicia las acciones que llevarían a la guerra.

La secuencia hasta aquí narrada es paradójica. Dos hechos, la espontaneidad autoconciente de Skynet y la existencia de John Connor, no tienen su causa en hechos que los preceden sino más bien en hechos futuros.

Que John Connor sea engendrado no es explicado sino por la decisión del mismo John Connor de enviar a quien sería su propio padre al pasado. Kyle Reese no es envíado al pasado sólo para evitar que el T-888 interrumpa la continuidad de los hechos y evite el nacimiento de John, sino que es sólo a través de su intervención que John Connor puede nacer. La existencia de John Connor presupone lógicamente la existencia de John Connor. La paradoja es manifiesta, John Connor es causa de sí mismo. El único ser que puede causarse a sí mismo es Dios, y John Connor es precisamente un mesías, el salvador de la humanidad, aunque esta vez el elemento milagroso no radica en la concepción inmaculada en una virgen, sino en una paradoja temporal, causal, física y lógica. Jesucristo.

Análogamente, se despeja el misterio de la toma de conciencia de Skynet. El chip de esta computadora no es sino el cerebro del T-888 destruído en 1984, cuyas instrucciones eran provocar la guerra nuclear. Skynet no se vuelve autoconciente sino que esperó durante décadas para ser activada y comenzar/reanudar los planes de las máquinas. Skynet es el T-888 siguiendo instrucciones programadas. La paradoja es análoga: Skynet no envía el robot al pasado sólo para evitar que la resistencia triunfe sino que es sólo a través del robot que la creación de Skynet es posible. El misterio de la autoconciencia de las máquinas es reemplazado por uno más inexplicable: ¿cómo se explica la aparición de un chip con instrucciones de destruir la raza humana? La explicación redunda en una regresión al infinito: Skynet ataca a los humanos porque contiene el chip del T-888 que Skynet enviará al pasado para que en un futuro sea creada Skynet y pueda enviar al T-888 al pasado... y así ad infinitum. ¿Cómo se explica el contenido del chip?

Skynet es causa de si misma, Skynet es también de naturaleza divina y es una catastrofe equivalente al Diluvio Universal o más trágico aún: el Juicio Final (título de la segunda película).
Dios ordena la destrucción de la raza humana y envía a su salvador para redimirla.

3 comentarios:

  1. ¡He aquí la razón por la cual todo cineasta debería estudiar, mínimo, nueve años de filosofía! ¡¡Absurdos lógicos como estos deben ser desterrados de la cultura que consumimos para que, así, el ser humano pueda llegar a la emancipación intelectual, a la autonomía plena y a la paz perpepetua!! ¡¡¡Muerte a los cineastas ilógicos!!!

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  2. El querer encontrar el momento en que cada suceso inicia, pone en duda todo el cíclo paradógico. Ya sea uno o el otro. Gráficamente: una línea con un círculo superpuesto y sería como preguntarse...¿dónde apoyó el lapíz el dibujante al hacer el círculo?

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  3. Bueno, es verdad, pero nuestra percepción del tiempo es lineal, por eso las circularidades se nos presentan como paradojas.

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